jueves, 4 de septiembre de 2008

OJO: "Se vale de todo, menos no pensar"....... La función intelectual

La función intelectual consiste en determinar críticamente lo que se considera una aproximación satisfactoria al propio concepto de verdad; y puede desarrollarla quien sea, incluso un marginado que reflexione sobre su propia condición y de alguna manera la exprese, mientras que puede traicionarla un escritor que reaccione ante los acontecimientos con apasionamiento, sin imponerse la criba de la reflexión.

El momento de la acción requiere que se eliminen los matices y las ambigüedades (y ésta es la función insustituible del decision maker en cualquier institución), mientras que la función intelectual consiste en excavar las ambigüedades y sacarlas a la luz. El primer deber del intelectual es criticar a los propios compañeros de viaje (“pensar” significa desempeñar el papel de Pepito Grillo). Puede suceder que el intelectual elija el silencio porque teme traicionar a aquéllos con los que se identifica, pensando que, más allá de sus errores contingentes, al fin y al cabo persiguen el bien supremo para todos. Trágica elección, de la cual están llenas las historia, por la cual se ha visto a algunos ir a morir, buscando la muerte, en una lucha en la que no creían, porque pensaban que no se podía canjear la lealtad con la verdad. Pero la lealtad es categoría moral y la verdad es categoría teorética.

Umberto Eco, 1997 (1991)
“Pensar la guerra”, en Cinco escritos morales,
Lumen, España

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